(publicado en Random House)
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Karl Heinrich M. Navarro, un doctor nica especializado en doctores, publicó justo en el día de su cumpleaños, el 26 de Julio, del año 2012, un artículo-biblia de "opinión" en El Nuevo Diario, titulado "Poder y literatura" donde expresa muy campeonamente que deberíamos desideologizar la literatura porque es lo que ha dicho Harold Bloom. Bueno, en realidad todo el texto de Navarro es más bien un hitjob, otro más, dentro de lo que parece como un muy caldeado ambiente literariojoven nicaragüense.
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Karl Heinrich M. Navarro, un doctor nica especializado en doctores, publicó justo en el día de su cumpleaños, el 26 de Julio, del año 2012, un artículo-biblia de "opinión" en El Nuevo Diario, titulado "Poder y literatura" donde expresa muy campeonamente que deberíamos desideologizar la literatura porque es lo que ha dicho Harold Bloom. Bueno, en realidad todo el texto de Navarro es más bien un hitjob, otro más, dentro de lo que parece como un muy caldeado ambiente literario
El
artículo de Navarro, que más bien se acerca a ser un gemelo de una
finta intelectual entre mareros que un artículo medianamente serio sobre
literatura, aparece como excusa defensiva en favor de la escritora
Eunice Shade, y su texto "Algunos puntos sobre las íes";[1]
en el texto de Shade se nos informa que lo esencial es La Creación, y
además nos recuerda lo ignorante que somos y lo lectores-de-segunda-mano
que seremos por haber tenido nosotros los mortales la mala suerte de no
haber participado nunca de los grupitos literarios universitarios
nicas, donde nacieron y se forjaron lo que en el futuro serán las obras
maestras del continente americano.
Parece
que "no haber estado" en los grupitos de Shade o los de esa época [o
quizá sea el que los mortales no hagamos performances] es el signo más
claro de que uno es incapaz de escribir una idea: resulta que el
monopolio del brillo y la ruptura pasa por estos grupitos, revistitas e
iniciativas; y si uno no participó de estos es que llegó tarde a la
repartición del cerebro mencionado brillo y la mentada ruptura.
Shade Stop
Shade Stop
Huelga
decir aquí que Shade no necesita que la defiendan. De todos modos,
punto y pausa de Navarro y con respecto de Shade, es preciso aclarar
ahora mismo que es fundamental que esté, y que dé sus batallas,
con los errores o vicios o narcisismos que sea que contengan. [Además,
que levante la mano aquí algún fanfarrón que piense alegar el nunca
haber cometido ninguno de estos vicios]. Al decir de
Hegel-a-través-de-Gasset-a-través-de-Periquito-el-Aguador: "Tened el
valor de equivocaros".[2]
Además,
la función de Shade -por lo menos para los que estamos afuera y nos
quedamos "hueliendo el dedo" al mismo tiempo que nos rehusamos a
participar de estos Nica Teen Idols de la literatura- es carísima a
nosotros: muestra una de las campanas de los poderes, lanza sus
críticas y nos advierte de lo coc[h]inada que puede estar la pudredumbre
en el medio nicaragüense. Así que es fundamental que esté, que
produzca, que se enfrente, le guste a quien le guste. Claro, al mismo
tiempo nos trata de imbéciles y nos insulta intelectualmente al inferir que los machistas lo son porque "son ignorantes ya que no han leído a Deleuze, Guattari y Foucault",
autores que, como ya podemos suponer sin equivocarnos, ella sí leyó y
conoce al dedillo; y lecturas éstas, apuéstenlo, amigos ignorantes
simios, cuyo ejercicio es la que la ha salvado a ella de ser machista,
los salvará a ustedes si alguna vez las emprenden, y, sobre todo, los
extraerá de su repugnante simiedad.[3]
Y,
ni qué hablar, los tipos de presiones de grupo de poder y los
ejercicios discriminatorios negativos los percibís con toda su fuerza si
estás en la situación de Shade, y no en la situación de un bocón como
yo, aquí muy fresco en Montevideo. Así que la situación de Shade la
entiendo, y su crítica la veo como muy necesaria. Es mil veces más útil la crítica de
la sociedad machista como la nica que la coherencia interna
intelectual. Me rechina un poco cuando en el plano teórico nos trata
como estúpidos; pero creo tener la mínima sabiduría política de saber rescatar lo otro, que es más urgente y relevante, antes que enterrarlo por estar mezclado con chiquilladas intelectuales.
Así
que en ese sentido, no tengo ningún problema con Shade, y si alguna vez
ella leyese esto -cosa que dudo-, la incitaría a ser todavía más
contestataria, a producir más y a no bajarle el gas a la búsqueda de una
fiereza auténtica, incluso si eso implicase "pegarle" a bocones como
yo. El resto, es decir los insultos intelectuales y la pedorrada
teórica, pues bueno, nadie es perfecto.
Navarro's Hitjob
Sin
embargo, lo de Navarro sí es imperdonable.[4] El bombo de Navarro,
además de sus publicaciones y toda su carrera profesional, es la de que
es el primer y único doctor nicaragüense doctorado por la Universidad de
Salamanca. O sea que Navarro sabe, en teoría, de lo que está hablando.
El artículo "Poder y literatura" arranca así:
En Nicaragua ha existido siempre una ideologización de la literatura y de la historia
En
términos exactos, esto no es más que el equivalente eufemístico de que
la historia la escriben los que ganan, de acuerdo a sus condiciones
históricas y a los dispositivos ideológicos que estos utilizan para
explicar esas condiciones históricas y para proyectarlas en su
imaginación hacia otros tiempos, tanto a la concepción del pasado con
que operan como a la imaginación del futuro que desean proyectar. Por
cierto que dejaré de lado la hipótesis de que quizá en casi cualquier
país éste ha sido el caso, así que especificar que en Nicaragua ha sido
así es menos que redundante; pero es mejor no ahondar en esta hipótesis.
Así
empieza un artículo intelectualmente marero[5] que nos hace el gran
favor, ya de entrada, de asumir algunas vetustas posiciones acerca del
concepto de "ideología", a saber, la de Mannheim y la no-declarada de
Marx. Asumo que Navarro ha desechado por irrelevantes las aportaciones
al tema de autores más recientes que él ya leyó y conoce a la perfección
-como lo ha constatado en otros lugares-,
como Raymond Geuss,[6] Terry Eagleton,[7] Teun van Dijk[8] o Jorge
Larraín[9], por nombrar algunos pensadores que han publicado libros casi
introductorios al tema.
Al final del hitjob
llegamos, en la mayor ideologización posible de ideologizaciones
previas, al grito de reclamo en pro de que el canon de la literatura
esté construido en términos estéticos, no ideológicos. Esto es, algo así
como que el canon lo construyan robots, no hombres. Sólo la ignorancia
de Navarro en literatura es la que propondría, a primera vista, esta
robotización.
Pero
no nos equivoquemos: Karl Heinrich M. Navarro no es ningún ignorante,
al revés, es un doctor doctorado y especializado en doctores, así que no
es ésta la razón por la que propone un canon hecho por robots y una
literatura contada por Harold Bloom y por cuanta rata rortyana
hiperideologizada hay en la vuelta. NO. Lo que ocurrió -otra vez
hipotetizo-, es que: entre hacer un hitjob a favor de su amiga y quedar
como ignorante o mandarse a un inteligente silencio periodístico, eligió lo primero.
Así
es como asistimos a un texto tendencioso, hiperideologizado, disfrazado
de reporte histórico "anti-poder", a 750 palabras el córdoba cultural.
¿No sería mejor abandonar el escupa-primero
y dedicarse, de una vez por todas, a escribir verdaderas críticas? ¿No
es que en Nicaragua la crítica cultural es escasa? ¿No es que la
literatura sólo ha estado atendida desde las carpas de la ideología? Si
algo parece la carpa de Navarro es la de una rata rortyana
hiperideologizada.
De
literatura infantil y juvenil y de maras de recreo ya está lleno el
orbe. ¿Quizá no tenían recreos en Salamanca, y eran clases todas de
corrido? ¡Rechanfles! Por otro lado, pienso que si con esas facilidades
uno infecta el discurso público a través de un periódico de tiraje
nacional, ¿qué carajos hago yo aquí? Claro, escupir.
Escupir, amigos guattaristas. Escupir.
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[1] Otro texto, también intelectualmente marero, lo podés leer de la pluma de Irving Cordero en El Nuevo Diario:
se llama "La mitomanía de las generaciones literarias en Nicaragua". A
Cordero, que aquí muy afiladamente habla en contra del proyecto de
Ulises Juárez titulado #Los2000, se le olvidó "decirle que no" a Juárez
para el ciclo 2013 de charlas de #Los2000, y uno podía verlo muy campeonamente platicando sobre su vida y sus textos junto a su auditorio. Por supuesto, Cordero re-cordó [no pun intended]
al viejo Cordero y pidió, asumo, quizá me equivoco, que cualquier
vinculación suya a #Los2000 fuese retirada, o sea, su imagen, charla,
publicación, ustream, lo que sea. De todos modos, podés leer la divertida crónica previa a su charla en El Nuevo Diario aquí.
¿No hay algo realmente infantil y chapucero en todo estos tejemanejes,
una especie de "American Nican [sic{k}] Idol"? Increíble. ¡Realmente
increíble! Para quienes lo vemos desde afuera y NADA DE ESTO nos viene
en prenda, es en verdad muy cómico y refrescante ver a estos chavalos en
este comiquísimo escupa-primero, peleándose por las sobras de
una "larga" tradición narrativa encarnada por obras como las de Sergio
Ramírez, Lizandro Chávez Alfaro, entre otros, y, oh,
por-dios-si-es-Dios, Rubén Darío. ¡Falange de Rubén, muestra tus
espartas y atraviésalos!
[2] Este artículo de Onetti lo encontrás en sus libros de artículos recopilados recientemente por Galaxia Gutenberg; fue publicado en Marcha el 23 de junio de 1939.
[3] Yo, un mal simio, por ejemplo, como sólo he leído a Deleuze y Foucault, y
tengo en espera los dos libritos de bolsillo de "Capitalismo y
esquizofrenia", pues ni modo, soy machista e ignorante: sólo tengo dos de tres
strikes en mi conteo. Pero ya los leeré, amigos ignorantes, y meteré ese tercer strike para ponchar al machismo. Ya los leeré.
[4]
Para que veamos el tipo de nivel teórico e intelectual con que opera
Navarro por lo menos en El Nuevo Diario -no he leído ninguno de sus
libros-, y la clase de operaciones copadoras de espacios de crítica con
estupideces y hemorragia verbal, podemos
leer el muy reciente artículo de "opinión" del 24 de diciembre del 2013
titulado "Ideas, creencias y mitos en la política nicaragüense", cuya única y central idea,
envasada en 748 palabras es ésta: el conflicto es malo y dialogar es
bueno. Hay que recordarles a los lectores de este humilde ejercicio
karlkrausista lo mezquina que puede ser la política editorial de El
Nuevo Diario: te publican artículos que tienen hasta 750 palabras. Ahora
imagínense a Navarro, una luminaria salmantina, contando palabras y
recortando o, peor, sumando más palabras, para llegar lo más cercano
posible al número mágico límite de 750. ¡Luciérnaga de 750, apártate de
mi camino! Amigos ignorantes, no hay que decir en 748 palabras lo que se
puede decir en 8: "el conflicto es malo y dialogar es bueno". Así es,
estimados carniceros, como se cocinan los artículos de opinión en mi
antiguo país.
[5]
Como habrán adivinado, el artículo de Navarro tiene 747 palabras, sólo 3
menos que las de la Luciérnaga 750. Otra vez, amigos, no hay que decir
en 747 palabras lo que se podía decir en 6: "Lean a mi amiga Eunice
Shade".
[6] The Idea of a Critical Theory: Habermas and the Frankfurt School. Cambridge University Press, 1981.
[7] Ideology. An Introduction. Verso, 1991.
[8] Ideology: A Multidisciplinary Approach. SAGE, 1998.
[9] The Concept of Ideology. Hutchinson, 1979.